Durante más de 40 años, nuestro país ha asumido un compromiso incansable con la búsqueda de la verdad, la justicia y los derechos humanos. Ello ha sido un faro de esperanza, y un recordatorio constante de nuestra responsabilidad como sociedad de no repetir nuestro pasado más horrible y vergonzante.

Viejas voces cascadas vuelven a resonar, los fantasmas y los miedos que nos acechaban en viejas épocas y que parecían erradicados vuelvan a atormentarnos.

La reafirmación de los valores democráticos han sido la base de nuestra convivencia durante estas cuatro décadas. La muerte y desaparición de miles de hijos e hijas, nietos y nietas, incluidos los de Estela de Carlotto entre otras abuelas y madres de Plaza de Mayo, está grabado a fuego en el corazón de los Argentinos.

Defender la democracia lograda, aun con sus deudas sociales, nos convoca a ser protagonistas de esta escena social y apropiarnos – nuevamente- de los principios éticos que en el mundo nos han llenado de orgullo.

Que el aporte a la construcción de una sociedad solidaria, empática, sensible, arraigada en la justicia social y en el respeto de la dignidad de las personas, no nos resulte Indiferente “Nunca Más”.

 

 

                                                                      Comisión Directiva APOC Nacional